HIFU de nueva generación: cómo funciona la tecnología Liftera Advance en medicina estética
- Pascual Morillas García
- 26 ago
- 3 Min. de lectura

La demanda de tratamientos no invasivos, con resultados visibles y mínima recuperación, ha impulsado el auge de los ultrasonidos focalizados de alta intensidad (HIFU). Liftera Advance representa una evolución clave dentro de esta familia: mayor precisión, tratamientos más cómodos y protocolos versátiles que permiten a las clínicas diferenciarse sin recurrir a cirugía. En este artículo abordamos, con lenguaje claro y enfoque clínico, cómo funciona realmente el HIFU de nueva generación y qué aporta Liftera Advance en el día a día de una clínica estética moderna.
¿Qué es el HIFU y por qué funciona?
El HIFU concentra energía ultrasónica en puntos específicos a diferentes profundidades de la dermis y del tejido subcutáneo. En cada punto focal se genera un aumento térmico controlado que provoca varios puntos de microcoagulación y contracción de ciertos tejidos, además de estimular la neocolagénesis en las semanas posteriores. El resultado es un efecto tensor progresivo, con una mejora visible en firmeza y definición.
A diferencia de la radiofrecuencia o la luz, el HIFU es capaz de alcanzar planos profundos con más precisión, lo que lo convierte en la herramienta idónea para tratar flacidez leve a moderada en rostro y zonas corporales seleccionadas.
La propuesta de valor de Liftera Advance
Liftera Advance combina cartuchos especializados para distintas profundidades y zonas, una ergonomía pensada para el uso clínico continuo y parámetros que facilitan la repetibilidad del tratamiento. Esto se traduce en sesiones más homogéneas, una experiencia más confortable para el paciente y resultados más consistentes.
Para la clínica, significa estandarización, menor curva de aprendizaje y capacidad de ofrecer protocolos completos tanto faciales como corporales.
Áreas y problemas que aborda
Flacidez facial leve a moderada (mejora del tercio medio, pómulo y contorno mandibular).
Definición del mentón y reducción de papada mediante tensado del soporte cutáneo.
Elevación de cejas y apertura de mirada en pacientes seleccionados.
Tensado de áreas corporales como brazos, abdomen o muslos en casos de laxitud leve.Estos abordajes pueden combinarse con otras terapias (neuromoduladores, bioestimuladores, luz) para resultados sinérgicos y planes de tratamiento integrales.
La valoración previa es esencial: fotografías estandarizadas, evaluación del grado de laxitud y expectativas realistas. Durante la sesión, se marcan zonas y vectores de tracción; el paciente suele describir sensación de calor tolerable. Tras la sesión, puede existir leve eritema o sensibilidad, que remite en horas. La mejoría progresa entre 6 y 12 semanas, con picos que pueden mantenerse varios meses según hábitos y fototipo del paciente.
El éxito del HIFU depende de seleccionar correctamente las profundidades y respetar zonas anatómicas sensibles. Liftera Advance ayuda a reducir la variabilidad con cartuchos específicos y disparos uniformes. Es recomendable un consentimiento informado claro, explicar los tiempos de respuesta biológica y pautar revisiones para valorar refuerzos o combinaciones terapéuticas.
Beneficios para la clínica
Alta demanda: pacientes que buscan “efecto lifting” sin cirugía.
Ticket medio atractivo y posibilidad de paquetes.
Baja necesidad de consumibles y tiempos de cabina competitivos.
Diferenciación mediante protocolos combinados y casos clínicos documentados.Con Liftera Advance, el HIFU se convierte en un servicio tractor que mejora la satisfacción y la recurrencia.
Liftera Advance materializa la promesa del HIFU de nueva generación: precisión, confort y resultados progresivos. Para las clínicas que quieren consolidar un posicionamiento premium sin cirugía, es una pieza estratégica.
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